VAR: la necesidad de un cambio de paradigma en el arbitraje futbolístico

Opinión10 febrero 20247 Minutes

El VAR surgió como un sistema de apoyo al arbitraje. Decimos sistema porque el VAR es eso, un sistema que consta de diversos recursos, siendo uno de ellos la tecnología. Es decir, que el VAR no es la tecnología, lo que tira por la borda esa frase hecha de “la herramienta es buena pero se utiliza mal”.

No, la “herramienta” no es buena porque la “herramienta” es el VAR como sistema, es decir la combinación de sus recursos (tecnología, recursos humanos, protocolo, etc.).

Ya desde su concepción este sistema parte de un error conceptual que es incorporar una mayor cantidad de humanos para reducir el error humano, algo que lógicamente no iba a traer los famosos objetivos de justicia y transparencia que tanto nos quisieron imponer desde un principio.

Visto lo visto, y ya pasados casi 7 años desde su implementación sin que haya aportado esos niveles de justicia deportiva y transparencia que supuestamente iba a traer su aplicación, ya viene siendo hora de que el VAR ajuste su protocolo de intervención.

Y este ajuste tiene que venir desde un cambio en su esencia, dejando de verse como una herramienta de apoyo para el arbitraje y pasar a ser una garantía para los jugadores, justamente ante los errores arbitrales.

Este nuevo concepto de VAR debería apuntar a ser un elemento de defensa del futbolista más que un elemento de apoyo para el árbitro. Cosa que, salvo en las jugadas meramente factuales, nunca ha terminado de cumplir ese rol simplemente por ser imposible que así sea, ya que si para reducir el error humano se incluye la intervención descontextualizada (quien realmente tiene contexto de la jugada es el árbitro de campo) de otro humano es imposible que ese error se reduzca sino que solamente se va a intercambiar el error de uno por el error de otro.

Con el actual protocolo de aplicación del VAR se sigue dependiendo de la discreción del árbitro, ya sea del árbitro de campo o del árbitro VAR. Con un sistema de “challenge” se quita, aunque sea parcialmente, la discreción de los árbitros y se obliga al árbitro a revisar una jugada y darse la oportunidad de advertir en un monitor lo que no pudo advertir en el campo.

Por otro lado, suena absurdo que se hable de justicia en un sistema que únicamente contempla revisiones para 4 acciones (gol, penal, expulsión y confusión de identidad), cosa que puede permitir que un futbolista sea expulsado por 2 amonestaciones injustas, o un equipo recibir goles de faltas mal sancionadas o córner que debieron ser saque de portería.

El sistema de challenge debe contemplar la revisión de cualquier jugada, sí, cualquiera, pero con limitaciones en la cantidad y contemplando la pérdida de un challenge ante el reclamo sin razón, tal como funciona en el pádel o el tenis pero también en el fútbol americano (deporte de contacto), entre otros. También en baloncesto existe la posibilidad de pedir revisión por parte de un equipo y en determinadas ocasiones, además de que los árbitros pueden revisar cualquier jugada.

Quizás el deporte que mejor se ha amigado con la tecnología en el arbitraje sea el rugby, lo cual no es ninguna casualidad, ya que este es un deporte que siempre ha destacado por su respeto entre rivales y para con los árbitros. Todo esto sin estar exentos de errores, tal como se vio en el último mundial.

El fútbol debería dejar de mirarse el ombligo y empezar a fijarse en otros deportes, como el fútbol americano, el baloncesto, el tenis o el pádel, donde el video-arbitraje se utiliza para desafiar (challenge) la decisión del árbitro, siendo así más una garantía para el deportista que un elemento de apoyo para el arbitraje.

Claro está que no es lo mismo la intervención de la tecnología en deportes que no tienen contacto ni jugadas de interpretación que en el fútbol, donde la gran mayoría de las intervenciones arbitrales contienen un grado de interpretación, con algunas excepciones como el gol/no gol, la posición de fuera de juego (no la infracción) o la salida de la pelota del campo de juego.

Dicho esto, siempre corresponde hacer hincapié en que el problema del arbitraje en el fútbol es más un problema del fútbol que del arbitraje. El fútbol es un deporte que nunca ha aprendido a convivir y respetar el error arbitral y hasta que eso no cambie no va a existir un elemento salvador que solucione el problema.

Al VAR se lo presentó así y ese ha sido uno de los grandes factores de su fracaso, nunca pudo cumplir con ese rol de súper héroe que la FIFA e IFAB le quisieron dar, pretendiendo que iba a venir a solucionar todos los problemas, cosa que no sólo no ha hecho, sino que ha generado aún más dudas, ya que los errores persisten pero ahora con el agravante de ser cometidos incluso observando las jugadas desde 24 cámaras, con zoom, cámara lenta, ángulo invertido y todo lo que se les ocurra.

El error no va a dejar de existir porque el mismo es inherente al ser humano, se debería abandonar esa lucha contra el error y buscar una armonización en las decisiones y la mayor transparencia en las mismas.

 

Dr. Santiago Virriel Novoa
Abogado y alumni del Máster Internacional en Derecho del Fútbol