El compliance y la mediación, dos aliados del fútbol

Opinión2 noviembre 202210 Minutes

Hablar de la mediación como método de resolución de conflictos y del compliance como elemento de cumplimiento de las normas de gobernanza no es nada nuevo. Lo importante es lo que ambos entregaron de positivo al deporte, y más precisamente al más popular de todos ellos: el fútbol.

Confieso que siempre sostuve que todo conflicto se puede mediar: si negociamos con nuestros hijos, cónyuges, colegas, clientes, etc. nos damos cuenta de que la vida es una eterna negociación.

En alguna oportunidad manifesté que el serio conflicto de la violencia (entre ella la violencia doméstica y de género) podían mediarse. Me llamaron inconsciente, desubicado y algunas cosas más. Gracias a Dios varios años después María Inés Amato, reconocida abogada mediadora y psicóloga argentina, escribió su obra “Mediación Penal en Violencia de Género” (editorial La Rocca).

Tanto la mediación como el compliance suman en el fútbol, no restan. FIFA ha escogido para resolver los conflictos patrimoniales además de los tribunales un equipo de mediadores que previamente llevarán adelante la gran labor de que las partes busquen por sí mismas la posibilidad de encontrar una solución al conflicto que los convoca, sabiendo que no es una batalla sino un escollo a resolver uniéndose y ayudados por un profesional de la mediación que colaborara para que encuentren sus propios intereses y arribar al reconocido “win-win”.

Muchos creen ver en la mediación un elemento dilatorio del proceso. Esta definición no es otra cosa que un pensamiento lateral negativo sobre algo que por el contrario tiene el claro objetivo de resumir la frase americana “time is money “. La mediación no dilata, por el contrario, intenta resolver las controversias en un menor tiempo y a menor costo sin intervenir en el acuerdo de honorarios que puedan tener las partes con sus letrados.

Además, el mediador pondrá siempre un límite temporal para lograr el acuerdo que, entre audiencias, correos, videollamadas y toda posible manera de relacionarnos, nunca superará los 90 días.

Debo agregar que una vez arribado al “agreement”, ese convenio aceptado y firmado como todo contrato tiene fuerza de ley y debe ser cumplido, porque tiene absoluta legitimidad ante la homologación de un magistrado que deberá observar si nada viola el correcto orden público.

Los prestigiosos profesores de Harvard enseñan los 7 elementos de la mediación y negociación. Ellos son:

  1. Intereses: los nuestros y los de la otra parte como lo más importante a conocer;
  2. Opción: siempre buscando la mejor con propuestas e ideas que se arrojan en la mesa de trabajo;
  3. Legitimidad: que el acuerdo sea legítimo para todos
  4. Compromiso: de las partes a cumplir lo que ellas decidieron y no un tercero por ellos, y que el mismo sea realista, suficiente y práctico.
  5. Comunicación: estos procesos requieren de una eficiente comunicación entre las partes y también con el mediador;
  6. Relaciones: siempre se deben mantener intacta las relaciones, más en una comunidad donde nos veremos seguido (clubes dirigentes, agentes, jugadores, entrenadores, periodistas , abogados) como se da en el fútbol.
  7. Alternativa: dialogar para llegar al conocido “MAAN” (mejor alternativa de acuerdo negociado).

Si llegamos a cumplir estos preceptos seguramente arribaremos a buen puerto y el resultado final de la mediación tendrá el valor de una sentencia con felicidad para las partes, evitando así las interminables apelaciones.

Pensar en la mediación como algo perjudicial para la sociedad no tiene sentido ya que una de sus metas es la de ganar tiempo, algo fundamental en la vida del ser humano que fue testigo de la enseñanza que nos dejó un escenario lamentable durante dos años con el tristemente célebre Covid-19.

Reemplazar los procesos judiciales cada vez más extensos y en algunos casos violatorios de los periodos razonables de dictar sentencias y encontrar un nuevo paradigma de justicia es también la ambición de los que abrazamos la mediación como argumento sano y eficaz para la resolución del conflicto.

Asimismo, el compliance también llegó para quedarse en la vida de los deportes. Es un instrumento de sanación de las heridas que determinadas conductas causan en la salud de una institución, como los clubes y las federaciones.

Están quienes piensan que esta herramienta trae la labor del controlador mal entendida. Se sugestionan en la acción del “botón” denunciante y resumen este gran hallazgo en la conocida frase “…si hasta ahora todo funcionaba bien como estábamos…”.

El compliance es el cumplimiento de normas de gobernanzas que buscará a través de enunciados colmados de valores y principios evitar la comisión de delitos, previniéndolos como principal actividad. Este concepto, que lleva vivo más 50 años en el escenario empresarial de los Estados Unidos, se ha extendido en los últimos años por el mundo entero para la protección de las corporaciones privadas y entidades públicas.

En España comenzó a aplicarse hace más de una década a través de la Ley Orgánica 5/2010 de la reforma del Código Penal mediante la que se reguló por primera vez la responsabilidad penal de las personas jurídicas, entre ellas clubes, asociaciones y federaciones como sujetos de derecho.

El compliance es justamente ese conjunto de prácticas y medidas que se implementan para evitar riesgos que surgen de funciones propias de los representantes de una organización.

Así nace la figura del “Compliance Officer”, que es esa persona (generalmente abogado) que deberá velar por que los trabajadores de una empresa, así como ella misma como persona ideal o jurídica, no realicen conductas que se enfrenten a lo legal y lo ético.

Habiendo realizado un escueto resumen de esta valiosa herramienta, y al igual que ocurre con la mediación, en el concepto del compliance observamos que bien utilizado en el fútbol llevaría a evitar cuestiones pocas transparentes como casos de corrupción deportiva, amaños, apuestas clandestinas o hechos que sin ser delitos rozan con lo inmoral y lo indeseable desde el sentido común.

Hoy los clubes y federaciones cuyos dirigentes trabajan con mente amplia, no pueden dejar de contar con su Compliance Officer. Al igual que en la mediación con el mediador, en el cumplimiento con el Compliance Officer se requiere de profesionales formados y cualificados en sendas materias.

El paso del tiempo, los cambios que se manifiestan con ello obligan a no desentenderse de situaciones y hechos que requieren un cumplimiento de acciones que traerán aparejado progreso y mejoras. De lo contrario se encontrarán con pérdidas y atascamientos que derribarán las aspiraciones de competir en los diversos ámbitos.

Entre ellos en el deportivo institucional, por eso entendemos que la mediación y el compliance son dos aliados fundamentales que el futbol como los demás deportes no pueden prescindir. Evitarlos como principales aliados podrá traerles dificultades que fácilmente se podrían evitar si entendemos que el futbol y todos los deportes necesita de pensamientos y actitudes valientes para los cambios que se viven.

 

José Emilio Jozami
Alumno del Programa Ejecutivo en Compliance en el Deporte


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