El caos del derbi madrileño y sus consecuencas legales
El reciente derbi entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid en el estadio Metropolitano ha dejado más que un desabrido 1-1 en cuanto al resultado deportivo.
Los terribles incidentes violentos ocurridos durante el partido han puesto sobre la mesa una serie de cuestiones jurídicas y disciplinarias que merecen un análisis profundo. ¿Cómo deben abordarse estos sucesos desde una perspectiva legal? ¿Son adecuadas las sanciones impuestas? Y quizás lo más importante, ¿cómo se compara este caso con otros similares en el fútbol español?
Para desentrañar este asunto, es crucial comprender el marco legal que rige estas situaciones. El Código Disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sirve como punto de partida, estableciendo las bases para sancionar conductas que atentan contra el fair play y la seguridad en los estadios. Además, la Ley 19/2007 contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte proporciona un contexto más amplio, reflejando el compromiso del Estado con un deporte libre de violencia.
No menos importantes son los precedentes jurídicos. Casos como el del Betis-Sevilla de 2022 ofrecen puntos de comparación valiosos. Pero es el reciente caso del Espanyol el que quizás brinda el precedente más relevante. Tras una invasión de campo durante un derbi contra el Barcelona, el Espanyol inicialmente recibió una sanción de dos partidos a puerta cerrada y una multa de 25.000 euros. Sin embargo, el Comité de Apelación redujo la sanción a un solo partido, manteniendo la multa, tras considerar los esfuerzos del club por reforzar la seguridad.
Estos sólo son algunos casos que nos permiten crear una base sobre la cual podemos analizar el incidente del Metropolitano, ofreciendo una perspectiva sobre cómo las autoridades del fútbol español abordan y modulan las sanciones en función de las circunstancias específicas y las acciones de los clubes.
En el presente análisis también será importante tener en consideración la historia del Atlético de Madrid con sus grupos ultras, particularmente el ‘Frente Atlético’. Esta relación, marcada por incidentes graves a lo largo de los años se convierte en un factor crucial en nuestro análisis.
Ahora bien, frente a lo sucedido en el Metropolitano, el Comité de Disciplina de la RFEF ha hablado, y su veredicto ha sido claro: cierre parcial del Estadio Metropolitano por tres partidos y una multa de 45.000 euros para el Atlético de Madrid. Esta decisión, lejos de ser arbitraria, se fundamenta en la consideración de los hechos como “infracciones muy graves”. El lanzamiento de objetos hacia Thibaut Courtois no solo puso en riesgo la integridad física del portero del Real Madrid, sino que además forzó una suspensión temporal del partido, un hecho que en un encuentro de tal magnitud adquiere una relevancia especial.
La exoneración de Courtois de cualquier provocación añade un matiz interesante al caso. Esta decisión sugiere un enfoque que responsabiliza primordialmente a los espectadores y al club por el mantenimiento del orden, independientemente de las acciones de los jugadores en el campo, entendiendo que el gesto de la celebración de Courtois durante el derbi surge a raíz de los previos insultos recibidos durante el partido por parte de la grada del Metropolitano.
La relación del club con el ‘Frente Atlético’ añade más complejidad al asunto. La aparente laxitud de la directiva del Atlético en su trato con este grupo radical, junto con la simpatía mostrada por jugadores y el entrenador Diego Simeone, plantea serias preguntas sobre la responsabilidad del club en la prevención de estos incidentes.
Los comentarios de Simeone tras el partido sugieren una normalización preocupante de conductas violentas.
La respuesta inicial del Atlético, identificando y expulsando a uno de los responsables, parece insuficiente. La larga historia de incidentes asociados con el ‘Frente Atlético’ sugiere que se necesitan medidas más drásticas y sistemáticas.
Comparando con el caso del Espanyol, donde los esfuerzos proactivos del club en materia de seguridad influyeron en la reducción de la sanción, el Atlético parece estar en una posición más vulnerable. La falta de acción decisiva contra los grupos ultras a lo largo de los años podría ser vista como una forma de negligencia por parte del club.
De esta manera, la sanción impuesta al Atlético de Madrid, aunque significativa, podría ser solo el comienzo. La calificación de los hechos como “muy graves” por parte de la Comisión Permanente contra la Violencia sugiere que podrían venir sanciones adicionales. El club se enfrenta ahora no solo a las consecuencias inmediatas de los incidentes del derbi, sino también a un escrutinio más amplio de su relación con los grupos ultras.
Para el Atleti, el camino a seguir es claro. Debe tomar medidas decisivas para distanciarse del ‘Frente Atlético’ y otros grupos radicales. Esto podría incluir prohibiciones permanentes de acceso al estadio para los miembros identificados de estos grupos, un aumento significativo en las medidas de seguridad, y una campaña pública de tolerancia cero contra la violencia en el fútbol.
Legalmente, el club podría argumentar en una posible apelación que está tomando medidas para abordar el problema de raíz. Sin embargo, para que este argumento tenga peso, las acciones del club deberán ser sustanciales y demostrables.
Este caso marca un punto de inflexión no solo para el Atlético de Madrid, sino para todo el fútbol español. Plantea preguntas fundamentales sobre la responsabilidad de los clubes en el control de sus aficionados más radicales y el papel que deben desempeñar en la creación de un ambiente seguro y respetuoso en los estadios.
La pregunta ya no es simplemente si la sanción actual es justa, sino si será suficiente para generar un cambio real en la cultura del club y, por extensión, en el fútbol español. El Atlético de Madrid tiene ahora la oportunidad, y la responsabilidad de liderar con el ejemplo, demostrando que la pasión por el fútbol puede y debe existir sin violencia ni intolerancia.
Guillermo Díaz Díaz
Periodista y Abogado especializado en Derecho Deportivo